Nuestro cerebro está diseñado para reaccionar más fuerte a los estímulos visuales, especialmente cuando se trata de mujeres. Esto no te hace débil, ni enfermo, ni raro. Te hace hombre.

en este episodio hablamos de por qué cuesta tanto creerlo, por qué confundimos gracia con religión, y cómo terminamos pensando que lo que hacemos “para Dios” es lo que nos salva… cuando en realidad, solo Cristo puede hacerlo. La religión promete cambio externo,pero Jesús transforma el corazón.